Un bodegón bien porteño escondido en una calle sin salida, con buena comida, porciones abundantes y precios amigos. Ubicado dentro del Club Náutico Buchardo, este restaurante es un secreto bien guardado del barrio de Núñez. Funciona en un ambiente relajado, con mesas grandes, atención amable y una onda familiar que lo convierte en plan ideal para ir en grupo, sin apuros y a comer en serio. La carta es bien clásica: parrilla, milanesas gigantes, pastas caseras, guarniciones generosas y postres tradicionales. Nada pretencioso, pero todo hecho con buena mano y sin escatimar en nada.